Hablamos con Lisandro Teszkiewicz, abogado de Mariana Gómez, la mujer que besó a su esposa en Plaza Constitución y fue condenada a un año de prisión en suspenso por resistencia a la autoridad.
El 2 de octubre del 2017 Mariana se despedía de su esposa, Rocío Girat, mientras fumaban un cigarrillo en la estación de Plaza Constitución cuando fue arrestada por dos agentes de la Policía de la Ciudad, en medio de un episodio de violencia y abuso de autoridad.
Luego de una investigación que llevó 21 meses, el viernes la jueza Marta Yungano, titular del Tribunal Oral Criminal N°26, leyó su condena: un año de prisión en suspenso por resistencia a la autoridad y lesiones leves, por tirarle del pelo y arrancarle un mechón a la policía Karen Villarreal. El caso llegó a su fin justo el mismo día en que se celebra el Día Internacional del Orgullo LGBTI+.
“Mariana y Rocío, a lo largo de este proceso sufrieron tres tipos de discriminaciones típicas de nuestro poder judicial: la discriminación por mujeres, por lesbianas y por pobres”
Si bien, el abogado ya adelantó que apelarán el veredicto, el fallo tuvo repercusiones por tratarse de un caso que parece aleccionador sobre la actuación de las fuerzas de seguridad sobre las identidades diversas. “Hay un informe de la Comisión Internacional de Derechos Humanos que atiende la problemática de violencia institucional en el colectivo LGBTI en Amércia Latina, y si uno mira lo que han vivido Mariana y Rocío estos dos años, pareciera que las autoridades tomaron este informe y lo usaron como manual de instrucciones: comienza con un abuso policial, una situación de violencia física, en este caso hay lesbofobia, en otros homofobia, pero siempre hay una discriminación machista. Luego, sobre eso se monta un aparato del poder judicial que un poco expresando su propia lesbofobia, y otro poco encubriendo y protegiendo el accionar abusivo de las fuerzas de seguridad, convalida ese accionar y construye esas causas de delitos menores, en nuestro caso fue por resistencia a la autoridad. Y después, otorga condenas desproporcionadas por el monto, sobre estos delitos menores que han fabricado”.
“Durante las audiencias, el policía que la detiene, Jonatan Rojo, dijo quería detenerla para labrarle un acta por fumar en un lugar prohibido, pero la realidad es que la ley que prohibe fumar en ese espacio es la ley 1799 de la ciudad de Buenos Aires, y no prevee ni un acta, ni una multa y mucho menos identificar y detener a una persona, la ley dice que el policía tenía que invitarla a retirarse del lugar y eso es justamente lo que Mariana quería hacer”.