
La cooperativa nació como respuesta a una situación crítica que atraviesa a miles de personas en todo el país: la imposibilidad de alquilar, comprar o construir una vivienda propia. En ese contexto, Amapolas se constituyó como alternativa colectiva para garantizar el derecho al hábitat.
“Somos un grupo de mujeres y disidencias que decidimos organizarnos no solo para acceder a una casa, sino también para proponer otra forma de habitar: con respeto, sostenibilidad y comunidad”, explica Linares en diálogo con El Aire de Aquí por Radio UNAJ.
Desde su sede en Bariloche, Amapolas propone un modelo cooperativo que va más allá de resolver la cuestión del techo. Su mirada integral pone en el centro el concepto de hábitat saludable, es decir, un entorno que contemple acceso a servicios, espacios comunes, sostenibilidad ambiental y una vida libre de violencias.