Conversamos con el economista Horacio Rovelli que fue Director Nacional de Programación Macroeconómica en el Ministerio de Economía entre 2009 y 2011.
“En la Argentina hay sólo dos modelos posibles. Uno es el extractivista agropecuario exportador, que este gobierno propicia, que es el mismo que aplicaron Macri, Menem y la dictadura militar; y un otro que es el que aplicó el peronismo, el radicalismo de Illia y el radicalismo de Grinspun que es la defensa del mercado interno, el trabajo y la producción nacional” explica.
El economista considera que el precio desmedido de los alimentos tiene que ver con la concentración económica y pone un ejemplo: en abril de este año, la misma botella de aceite de girasol argentino que en España se vendía a $250, en Argentina se vendía a $351. “Ya ni siquiera se ponen como límite el precio de exportación”, observa.
Rovelli destaca que hay leyes, como la de abastecimiento, que permitirían controlar a las empresas pero sería inútil hacerlo sin controlar el tipo de cambio. En el acuerdo con el FMI el gobierno se comprometió a que el tipo de cambio crecería de la misma manera que la inflación. “Cada vez que pasa esto en Argentina, y siempre por exigencia del FMI, la inflación pasa a ser de tres dígitos anuales”, detalla.
Aclara que el acuerdo con el FMI tiene tres ejes: aumentar las reservas, incrementar las exportaciones y reducir el déficit fiscal, pero no tiene metas inflacionarias. Rovelli considera que el gobierno no tiene fuerzas ni voluntad para bajar la inflación.
Horacio Rovelli recuerda la decisión de Néstor Kirchner sacarse de encima al FMI y, a diferencia de la la administración de Alberto Fernandez, evitar cualquier forma de co-gobierno. “Ese era Néstor Kirchner, un hombre inteligente y un patriota”, se emociona.
“En la Argentina hay sólo dos modelos posibles. Uno es el extractivista agropecuario exportador, que este gobierno propicia, que es el mismo que aplicaron Macri, Menem y la dictadura militar; y un otro que es el que aplicó el peronismo, el radicalismo de Illia y el radicalismo de Grinspun que es la defensa del mercado interno, el trabajo y la producción nacional” explica.
El economista considera que el precio desmedido de los alimentos tiene que ver con la concentración económica y pone un ejemplo: en abril de este año, la misma botella de aceite de girasol argentino que en España se vendía a $250, en Argentina se vendía a $351. “Ya ni siquiera se ponen como límite el precio de exportación”, observa.
Rovelli destaca que hay leyes, como la de abastecimiento, que permitirían controlar a las empresas pero sería inútil hacerlo sin controlar el tipo de cambio. En el acuerdo con el FMI el gobierno se comprometió a que el tipo de cambio crecería de la misma manera que la inflación. “Cada vez que pasa esto en Argentina, y siempre por exigencia del FMI, la inflación pasa a ser de tres dígitos anuales”, detalla.
Aclara que el acuerdo con el FMI tiene tres ejes: aumentar las reservas, incrementar las exportaciones y reducir el déficit fiscal, pero no tiene metas inflacionarias. Rovelli considera que el gobierno no tiene fuerzas ni voluntad para bajar la inflación.
Horacio Rovelli recuerda la decisión de Néstor Kirchner sacarse de encima al FMI y, a diferencia de la la administración de Alberto Fernandez, evitar cualquier forma de co-gobierno. “Ese era Néstor Kirchner, un hombre inteligente y un patriota”, se emociona.