Ernesto Alonso, Sec. de DD.HH del Centro de Ex Combatientes CECIM La Plata, sobre el acuerdo con Gran Bretaña para llevar a cabo un Plan de Proyecto Humanitario con el marco legal y todos los detalles técnicos de las tareas forenses que serán requeridas para la identificación de los cuerpos.
La Cancillería Argentina confirmó este miércoles que los acuerdos relativos a una segunda fase de la iniciativa humanitaria para dar respuestas a las familias de los soldados argentinos que cayeron durante la Guerra de Malvinas se firmarán el jueves en la sede que el Comité de la Cruz Roja Internacional posee en Ginebra, Suiza.
“Cuando tuvimos la posibilidad de empezar a volver a Malvinas empezamos a recorrer el cementerio de Darwin y vimos tantas cruces sin identificar, nos pusimos en lugar de ellos y de los familiares, que no habían resuelto el duelo, Hubo todo un ocultamiento, para dejar bajo un manto de neblina cualquier posibilidad de identificar las tumbas, no hubo colaboración de la dictadura militar en la identificación de los cuerpos que habían quedado diseminados y en las fosas comunes. En el año 2011, el Dr Alejo Ramos Padilla era nuestro abogado patrocinante, una persona muy comprometida con la Verdad, Memoria y Justicia, presentamos un recurso en la justicia acompañando un primer grupo de forenses, esa causa fue tramitada en el juzgado de Ercolini y entregamos la situación del cementerio de Darwin, que tenía la mitad de las placas con la leyenda “Soldado argentino solo conocido por dios”. El 2 de abril de 2012 la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, anunció que le iba a pedir a la Cruz Roja Internacional que intercediera con Gran Bretaña, y arrancé este proceso, que para nosotros va a terminar cuando se identifiquen todos los compañeros que están ahí enterrados. Este acuerdo que se va a firmar hoy es sobre una de las inconsistencias que aparecían en la administración de ese cementerio. Lo más importante es que muchas familias después de tantos años pudieron cerrar el duelo y pueden visitar el cementerio para rendir el homenaje que a través de su cultura, sus creencias, pueden manifestar.
Hay algunos casos que no han sido encontrados. Esto tiene que ver con el manejo, hay responsables de esta situación que es inexplicable: ponerle el nombre a algunas tumbas que no eran, cuando tenían su DNI, sus chapas, sus pertenencias, nombres que no coinciden. Lo importante es que esto se continúa como política de Estado. Siguen apareciendo verdades, eso es lo único que va a sanar el dolor de tantas familias. Y nos sentimos orgullosos de que nuestros compañeros van a tener su nombre y no van a perder su identidad. Además, hay una decisión colectiva de que los cuerpos estén allí, es parte de nuestro territorio usurpado y son el mojón que nos da fuerza para seguir reclamando nuestra soberanía”.