El magistrado, de una destacadísima actuación en los jucios contra los responsables del Terrorismo de Estado, y por eso desplazado de su cargo por el gobierno de Mauricio Macri, se refirió a la situación actual del dispositivo de espionaje – judicial – político – mediático que intenta sostener al neoliberalismo en Argentina. Rozansky consideró que el cambio gobierno resiente al sistema de guerra judicial pero advierte que el cambio de condiciones no significa que el lawfare esté vencido. Se mostró de acuerdo con la reforma de la justicia federal anunciada por Alberto Fernández, aunque evaluó que la permanencia de jueces y fiscales limita la efectividad de la medida. El ex juez destacó la necesidad de reformar el Consejo de la Magistratura y ampliar la cantidad de integrantes de la Corte Suprema de Justicia dada la complacencia de varios de sus actuales integrantes avalaron el actual estado de las cosas. En cuanto a la hipotética renuncia de fiscales y jueces por la eliminación de las jubilaciones de privilegio, consideró que sería digna de aplauso porque permitiría una renovación inmediata y afirmó que existe una gran cantidad de abogados jóvenes capacitados para ocupar esos lugares. Rozansky también se refirió a los cambios en la Agencia Federal de Inteligencia y puso especial énfasis en la necesidad de una democratización del Poder judicial a través de una reforma constitucional o la redacción de una nueva Constitución.