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El Relato De Claudio Blanco Que Hizo Historia Por El Día Del Hincha De Defensa Y Justicia 🟢🟡

Florencio Varela, 3 de junio. A las radios encendidas, el silencio contenido. A las tribunas, el murmullo de la resignación. Era el año 2006, y en el estadio Norberto “Tito” Tomaghello se jugaba algo más que un partido. Defensa y Justicia enfrentaba a Deportivo Morón, y se le escurría entre los dedos la permanencia en el Nacional B. Quedaban segundos. El resultado parcial: 3 a 1 para Morón. El reloj marcaba el final. La historia parecía escrita.

Pero el fútbol, como la vida en el conurbano, no siempre responde a lo previsible. Primero un descuento y en la última jugada, tras un parate por invasión del público visitante, cuando ya no quedaba aire para el aliento ni esperanza en la garganta, apareció él: Ezequiel Miralles. Con un derechazo inolvidable escribió un nuevo capítulo en la historia del Halcón. Golazo. Gol del alma. Gol de permanencia. Gol de milagro.

En Radio UNAJ, en “El Aire de Aquí”, tuvimos la posibilidad de volver a revivir ese relato único junto a su protagonista periodístico: Claudio Blanco, voz histórica de la “Cadena Verdeamarilla del Gol”, testigo privilegiado del momento en que el 3 de junio quedó sellado como el Día del Hincha de Defensa y Justicia.

“Lo que hizo ese gol fue transformar un momento de desesperanza absoluta en una fiesta eterna. Un relato técnico desastroso, pero emocionalmente sincero”, confiesa Claudio, entre risas y memoria viva.

El relato que se volvió archivo

Las palabras de Claudio no solo narraban un gol: desbordaban la cancha y se incrustaban en la historia emocional de una comunidad que hace del fútbol una forma de resistencia, una identidad. “Va Miralles… tiró… ¡GOL! ¡GOL! ¡GOLAZO DE DEFENSA!”, gritaba al borde de las lágrimas, con el alma afuera, en una de las transmisiones más recordadas de su carrera.

“Fue heroico y milagroso”, repite como si aún no lo creyera del todo. Como si la emoción todavía le temblara en las cuerdas vocales. Y no es para menos: ese relato es una pieza sonora que quedó archivada en la memoria colectiva de Florencio Varela.

Los “lados B” del milagro

La historia no termina en el gol ni en el resultado. Comienza ahí. Claudio nos ayudó a reconstruir lo invisible: los datos perdidos del partido, el contexto social, el reglamento que obligaba a empatar sí o sí para no descender, y hasta los detalles del minuto a minuto que hoy parecen de una dramaturgia escrita por el azar.

“Faltaban dos goles y solo tres minutos. Muchos hinchas ya se habían ido, algunos se enteraron del empate por la tele o porque la esposa los despertó de la siesta”, cuenta entre anécdotas que pintan una época sin redes, sin VAR, pero con radio a transistores y pasión pura.

Una invasión del público de Morón casi suspende el partido. Si eso pasaba, Defensa descendía. Pero se bajaron del alambrado, se reanudó el juego, y ahí nació la última pelota: tiro libre para el Halcón. Y el zapatazo de Miralles se volvió leyenda.

Cuando el fútbol también hace patria

Este 3 de junio, a 19 años de aquella tarde mágica, recordamos que los milagros en el ascenso existen. Que hay goles que valen más que un campeonato. Y que un relato como el de Claudio Blanco puede convertirse en patrimonio intangible de un pueblo que vibra desde el barro, desde la lucha, desde la esperanza que sobrevive incluso cuando todo parece perdido.

Defensa y Justicia no solo se salvó aquel día. Nació para siempre en el corazón de su gente. Porque el hincha de Defensa sabe que si su club sigue en pie, es gracias a esa pelota final que no quiso irse. Y gracias a esa voz emocionada que gritó por todos los que creyeron, y también por los que se fueron antes del final.

Feliz día del hincha de Defensa y Justicia. Porque hay días que no se olvidan nunca. Y hay relatos que se graban a fuego en la historia de un barrio.

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