Los Estados Unidos están atravesando un momento crítico. Al enorme impacto que causó la pandemia en ese país se ha sumado un alzamiento contra el racismo que, desde la ciudad de Minneapolis, se ha extendido por todo el país.
Las rebeliones contra el racismo se han sucedido una y otra vez en ese país a lo largo de los años, sin embargo, luego de la explosión inicial, parecen apagarse, y la discriminación continúa intacta.
Para hablar de este tema, conversamos con Eduardo Vior, doctor en Ciencias Sociales y periodista especializado en América Latina y política internacional.
Vior considera que puede repetirse este fenómeno: “Creo que no ha cambiado nada en las condiciones estructurales de los EE UU. Al contrario creo que se ha agravado. La gran mayoría de los infectados por el Coronavirus en los estados del Nordeste y el Centro Oeste han sido negros. La desigualdad ha aumentado enormemente en los últimos 20 años. Hay una enorme concentración, el 1% de la población tiene el 50 % de la riqueza del país, y eso tiene formas raciales.”
El periodista evalúa que, dada la actual crisis económica—más de 40 millones de desempleados registrados—, y con una campaña electoral polarizada, no hay ninguna perspectiva de que haya una mejora en las condiciones de vida de la población afroamericana.
Vior no cree que este sea el final de la era Trump. “No porque George Biden y los demócratas sean mejores, son dos corrientes enfrentadas de la clase dominante norteamericana. Trump es el nacionalismo americanista, esclavócrata, racista xenófobo y chauvinista, Y Biden representa al viejo aparato del Partido Demócrata, el universalismo en nombre de la libertad, donde los EE UU intervienen en todo el mundo.”
El analista internacional sostiene que la particularidad que definirá las elecciones está en las personalidades: “Trump tiene una clarísima vocación de poder, es un aventurero que no tiene miedo en destrozar todo con tal de llegar al éxito; mientras que Biden es un señor de casi 80 años, muy burocrático, muy apegado a los usos de la elite política de Washington, y no tiene energía para dar esta pelea.”
Un fenómeno problemático es la radicalización en las manifestaciones. “Todos los días comienzan pacíficamente. Al poco rato se incendia un cubo de basura y después empiezan los saqueos. Hay muchas versiones que dicen que se ha visto a blancos de las milicias neonazis y del Ku Klux Klan, y también a los llamados antifascistas. Estos no tienen que ver, como en el pasado, con la resistencia al fascismo y al nazismo. Son grupos de facciones muy radicalizadas del anarquismo, que tienen una cierta formación paramilitar: en los años 2016 y 2017, la CIA envió al norte de Siria a militantes norteamericanos, franceses y británicos de estos grupos y los entrenó para luchar contra el Estado Islámico. Esa gente retornó y están participando en esas manifestaciones. Sobre el sustrato de un conflicto justificado hay un aprovechamiento para crear el caos y favorecer a Trump, que se presenta como defensor de la ley y el orden”, reflexiona.
Por último, Vior destaca que EEUU. es una nación poderosa económica y militarmente, pero que no se sabe hacia dónde va. “Ningún actor internacional sabe qué hacer con Estados Unidos en la actualidad”, sentencia.