Conversamos con Eduardo Vior, periodista especializado en política internacional sobre las elecciones colombianas.
El especialista explica que hay una escisión grande entre ciudad y campo. Gustavo Petro ha ganado en Bogotá, Cali y Popayan. La excepción es Medellín, la ciudad de Pablo Escobar Gaviria y de Álvaro Uribe.
Vior destaca la ruptura de la derecha y la caducidad del uribismo. “Por los casos de corrupción y la incapacidad ante la pandemia se produjo una reacción popular que intentaron manejar a sangre y fuego y los electores populares de derecha se aterrorizaron. En ese contexto prendió la candidatura de Rodolfo Hernández, ex alcalde de Bucaramanga que no pudo terminar su mandato por corrupción y que, sin embargo se presenta bajo la bandera de la anticorrupción”, señala.
Vior evalúa que Petro ha tenido la inteligencia de aliarse con Francia Marquez, candidata a vicepresidenta, mujer afrodescendiente y militante ecológica. “Ha convocado a todas las diversidades, es el líder que más ha movilizado en los últimos treinta años”.
“La tiene muy difícil porque tiene que remontar contra la movilización del electorado popular conservador. En Colombia existe desde el siglo XIX, en las zonas rurales y pequeñas ciudades un voto popular conservador muy importante, amante del orden, que participa plenamente de la cultura colombiana de la violencia”, observa.
El periodista menciona la influencia de los más de 70 años de guerra civil y la presencia de los paramilitares y el narcotráfico en amplias zonas del país. También se refiere a las bases militares y de la Dea norteamericanas y su relación con el narcotráfico.
El especialista describe la rígida estratificación de la sociedad colombiana basada en elementos económicos y simbólicos. “Es una cultura de la jerarquía”, concluye.
El especialista explica que hay una escisión grande entre ciudad y campo. Gustavo Petro ha ganado en Bogotá, Cali y Popayan. La excepción es Medellín, la ciudad de Pablo Escobar Gaviria y de Álvaro Uribe.
Vior destaca la ruptura de la derecha y la caducidad del uribismo. “Por los casos de corrupción y la incapacidad ante la pandemia se produjo una reacción popular que intentaron manejar a sangre y fuego y los electores populares de derecha se aterrorizaron. En ese contexto prendió la candidatura de Rodolfo Hernández, ex alcalde de Bucaramanga que no pudo terminar su mandato por corrupción y que, sin embargo se presenta bajo la bandera de la anticorrupción”, señala.
Vior evalúa que Petro ha tenido la inteligencia de aliarse con Francia Marquez, candidata a vicepresidenta, mujer afrodescendiente y militante ecológica. “Ha convocado a todas las diversidades, es el líder que más ha movilizado en los últimos treinta años”.
“La tiene muy difícil porque tiene que remontar contra la movilización del electorado popular conservador. En Colombia existe desde el siglo XIX, en las zonas rurales y pequeñas ciudades un voto popular conservador muy importante, amante del orden, que participa plenamente de la cultura colombiana de la violencia”, observa.
El periodista menciona la influencia de los más de 70 años de guerra civil y la presencia de los paramilitares y el narcotráfico en amplias zonas del país. También se refiere a las bases militares y de la Dea norteamericanas y su relación con el narcotráfico.
El especialista describe la rígida estratificación de la sociedad colombiana basada en elementos económicos y simbólicos. “Es una cultura de la jerarquía”, concluye.