Hablamos con Viviana Rodríguez, mamá de Mia, porque la obra social de UTA lleva tres años negándole tratamiento y rehabilitación a esta nena varelense de 10 años diagnosticada con una “discapacidad por parálisis cerebral con retraso mental severo”. A pesar de que existe una resolución judicial que ordena la cobertura al 100% de su tratamiento, el sindicato no la acata.
“Nosotros hace 3 años iniciamos un recurso de amparo porque la obra social no nos cumplía con la internación de Mia, que quedó con una mala praxis porque no recibió la atención que necesita en una de las clínicas de la obra social. El juez inició en 2018 la ejecución donde obliga a cumplir a la obra social, la obra social apela para no cumplir. Lo más importante es que la justicia está a nuestro favor. Mia tiene 10 años, la mala praxis fue los 4 años en el Grupo pediátrico de Quilmes“.
El tratamiento de Mia consiste en kinesiología, terapia ocupacional y fonoaudiología, pero la única prestación que está recibiendo es fonoaudiología, y dos veces por semana musicoterapia. Según su madre, “No es muy difícil de conseguir, cualquier niño que tiene internación domiciliaria las prestaciones las recibe, Mia hace 9 meses que no tiene kinesiología, ni estimulación temprana, no está recibiendo ninguna de esas terapias. Recibe la atención en el Hospital El Cruce, cuando en 2016 la recibieron cuando fuimos a golpear puertas. Por una orden federal, el Juez Armella nos dio una orden para se pueda atender en el El Cruce. La semana pasada nos dieron un informe que dice empeora su salud día a día porque la obra social no le da las prestaciones, porque está todo el día en la cama, porque no recibe una rehabilitación“.
“Nosotros pedimos ayuda para que puedan escucharnos, que vean la situación en la que está Mia, son los derechos de ella. Hay una jueza de menores que nunca se acercó al domicilio para ver cómo está Mia. Está 24 horas en una cama, no podemos sacarla afuera, porque tiene vértigo y mareos, al no recibir una estimulación visual. La obra social apelan que intentan cumplir pero no consiguen los profesionales para la zona. Pasaron tres años pero la situación de Mia empeora día a día”, expresó Viviana.