Laura Pinto es la presidenta de la Cooperativa de Trabajo Textil Manos Generadoras de Ilusiones Ltda., una experiencia que nace del impulso colectivo y del derecho al trabajo digno, en la localidad sanjuanina de Rivadavia.
La historia de la cooperativa se remonta al año 2016, cuando lograron formalizar su matrícula, aunque ya venían trabajando desde antes en el marco del programa nacional “Manos a la Obra”. Fue gracias a esa política pública —impulsada en su momento por el expresidente Néstor Kirchner— que muchas personas que estaban fuera del mercado laboral por cuestiones etarias o de precarización pudieron reorganizarse en torno a un proyecto productivo.
“Yo tenía más de 30 años, mucha experiencia en fábricas, pero no conseguía empleo. Gracias al programa, empezamos a trabajar y eso nos llevó a formar la cooperativa”, cuenta Laura, quien trabajó durante años en Buenos Aires y en San Juan en el rubro textil, principalmente en el sector de lencería.
🧵 Producción diversificada con perspectiva inclusiva
Hoy, Manos Generadoras de Ilusiones confecciona uniformes escolares, indumentaria de sanidad, ropa de trabajo y de alta montaña, además de continuar con una línea de lencería en talles grandes y ropa deportiva.
“La clave fue capacitarnos y reinventarnos. Aprendimos a hacer remeras, buzos, y fuimos sumando rubros. Si no hay innovación ni formación, las cooperativas no pueden sostenerse”, explica Laura. Esa decisión constante de adaptarse a las demandas del mercado les permitió no solo crecer sino también sostener 16 puestos de trabajo autogestionados.
🚫 Críticas al Estado actual: “No acompaña a las cooperativas”
Sin embargo, la situación económica actual no es fácil. Laura señala con preocupación la falta de políticas públicas que sostengan al sector cooperativo y critica abiertamente al gobierno nacional: “Este gobierno no acompaña. No le interesa la pyme ni la cooperativa. Les estorbamos a los grandes empresarios”, denuncia.
Además, advierte que incluso en sectores estratégicos como la minería —que concentra inversiones millonarias en la provincia— no se cumple con la obligación legal de contratar mano de obra local. “El pueblo se levantó y cortó la ruta en Iglesia, porque todo lo traen de afuera y no se respeta a los productores de acá”, resume.
🤝 Una red que sostiene y se expande
Frente a la adversidad, la respuesta fue colectiva: Manos Generadoras de Ilusiones forma parte de una federación respaldada por la CNST (Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo), con el objetivo de articular con otras cooperativas y sostenerse mutuamente.
Desde su taller en San Juan, comercializan su producción a cualquier punto del país. Están presentes en redes sociales, como Facebook bajo el nombre MG, donde muestran sus productos y toman pedidos.
“Demostramos que se puede. Que las cooperativas somos tan buenas como cualquier empresa. Pero necesitamos políticas que nos cuiden”, afirma Laura.
Y concluye con un deseo que atraviesa la historia de todas las cooperativas: “Ojalá nos unamos cada día más para defender nuestras fuentes de trabajo.”