En medio de un panorama cada vez más alarmante por el impacto del cambio climático, los intendentes de Florencio Varela, Quilmes, Avellaneda y Almirante Brown exigieron en una reunión del Comité de Cuenca Hídrica del Arroyo San Francisco-Las Piedras la reactivación de obras hidráulicas esenciales paralizadas por el gobierno de Javier Milei para mitigar inundaciones. La presencia del ministro de Infraestructura bonaerense, Gabriel Katopodis, dio marco político al reclamo. Pero el trasfondo es mucho más complejo: hay una relación directa entre las inundaciones que azotan al Conurbano y las decisiones que se toman —o se dejan de tomar— a nivel global y nacional.
Así lo explicó Homero Bibiloni, coordinador de la Licenciatura en Gestión Ambiental de la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ), en diálogo con El Aire de Aquí, el programa matutino de Radio UNAJ.
"Hay una línea de continuidad y causalidad entre lo que pasa en el mundo y lo que pasa en Varela, en El Pato o en Quilmes", planteó Bibiloni, al señalar que los países desarrollados han emitido históricamente gases de efecto invernadero en exceso, y por tanto "son deudores ambientales". Recordó en ese sentido una advertencia del expresidente Néstor Kirchner, cuando sostuvo que esos países "hicieron su negocio de emisiones" y ahora buscan que las consecuencias se afronten desde los países no desarrollados.
Para Bibiloni, la situación es doblemente grave en el contexto actual: “En Argentina, con el gobierno de Javier Milei, hay un nivel de negacionismo climático evidente. Se desmanteló el Ministerio de Ambiente y los fondos para políticas ambientales desaparecieron”. A esa retracción se suma la eliminación de fideicomisos y la falta de inversión estratégica para enfrentar eventos climáticos extremos.
El especialista hizo una distinción clave entre dos conceptos centrales del debate ambiental: mitigación y adaptación. "Mitigar es reducir emisiones. Por ejemplo, cambiar las lámparas comunes por luces LED. Adaptarse, en cambio, implica hacer obras de infraestructura para convivir con una nueva realidad climática: lluvias más intensas y frecuentes que antes la naturaleza podía absorber y hoy ya no", explicó.
Desde esa mirada, la reunión de los intendentes del conurbano sur con el ministro Katopodis cobra mayor sentido. “Lo que piden es adaptar el territorio a una realidad impuesta por una crisis que no generamos nosotros, pero que sufrimos. Necesitamos obras extraordinarias para evitar que nuestros barrios queden bajo el agua”, advirtió.
Además, remarcó la importancia de pensar las soluciones en clave de cuenca hídrica. “El problema no es de Varela o Berazategui o Quilmes por separado. Es un problema de la cuenca. Hay que abordarlo con una mirada regional, articulada, y con fuerte inversión pública”, dijo, recordando la experiencia del plan de saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo como ejemplo.
Finalmente, Bibiloni insistió en que lo ambiental no es un tema aislado ni meramente técnico: "Es político, económico y social. Leer la actualidad desde una perspectiva ambiental nos permite entender mejor por qué es urgente actuar y quiénes tienen la responsabilidad histórica de financiar esas acciones".
Mientras tanto, el Conurbano sigue esperando obras. Y la naturaleza, con su imprevisibilidad acelerada, no da tregua.
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