Álvaro Ruiz, abogado laboralista es asesor de diversos sindicatos y docente universitario. Fue Subsecretario de Relaciones Laborales durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. En las últimas semanas viene publicando en el portal El Destape artículos que plantean una mirada crítica acerca de quienes, desde el campo popular, proponen la sustitución de la movilización de la militancia por el accionar en las redes sociales. Los títulos son más que elocuentes: “El 17 de octubre no es un videojuego” y “La virtualidad no es la única realidad”
“Entiendo que las calles han sido siempre el escenario en el cual se han desenvuelto y se han manifestado, en distintos sentidos, las organizaciones sindicales, agrupaciones políticas y el pueblo en general”, reflexiona. “Es un espacio que es necesario recuperar. Claro que en las condiciones actuales de la pandemia esto impone un grado de responsabilidad para no poner en riesgo un mayor contagio. Las manifestaciones que se han dado, tanto el 17 de octubre como el martes pasado, mostraron esa responsabilidad, pero también la recuperación de una expresión de respaldo muy notorio al gobierno actual, que ha planteado un programa que ha votado mayormente la ciudadanía. Es justamente ese programa y esa línea de acción la que se respalda”
Ruiz señala que, ante la movilización, existen algunas reticencias de distinto orden. Algunas van en línea con las medidas de prevención que adoptaron tanto el gobierno nacional como los provinciales. “Pero también hay sectores que encuentran un riesgo para sus propios liderazgos, con expresiones que, por ejemplo, pueden no estar en línea con algunas decisiones sindicales”.
Respecto a la conducción de la CGT considera que hay que marcar algunas diferencias. “Incluso las hubo el 17 de octubre, Acuña y Barrionuevo realizaron un acto desprendido del que se había propuesto desde la plataforma 75 Octubres, que tampoco estaba en línea con los que pretendían una expresión movilizante. Finalmente, por el ataque a la plataforma virtual, tuvo una visibilidad cierta porque hubo decisiones de sectores sindicales y sociales de expresarse en la calle con distanciamiento y movilizaciones de vehículos, que llenaron las calles tanto en la Buenos Aires como en muchísimas ciudades de las provincias”.
“Pareciera que la movilización popular siempre es indispensable para respaldar procesos transformadores profundos”, observa. “La virtualidad, el manejo de los medios tecnológicos y las comunicaciones a través de los medios hegemónicos es bastante difícil de contrarrestar con esos mismos instrumentos. Esos medios multiplican y muestran una capacidad de movilización que no es cierta, de sectores minoritarios como los anticuarentena y los llamados libertarios, que están en una posición totalmente opuesta al gobierno.”
El laboralista analiza las acciones desestabilizadoras en el contexto de las recientes elecciones presidenciales en Bolivia y el plebiscito constitucional chileno. “Tienen todas una raíz común. Lo que pasa en Argentina ha sucedido en otros países vecinos con efectos claramente desestabilizadores, incluso logrando, en algunos casos, cambios de gobierno, como en Bolivia con el golpe contra Evo Morales. Sin embargo es alentador que las últimas elecciones hayan dado un respaldo absoluto al proyecto político del MAS. En Chile se produce una situación que rompe con unos 30 años de un acuerdo político que parecía no responder a las exigencias de los sectores populares y que no había podido cambiar las estructuras que había dejado Pinochet. Pasó un año desde las primeras manifestaciones de los estudiantes secundarios respecto al aumento del boleto en el subterráneo. Detrás, afloraron otras expresiones, mucho más amplias, que tienen que ver con el cuestionamiento de un sistema que es excluyente de las mayorías”
Ruiz también se refiere a las diferencias existentes dentro del gobierno. “Hay una necesidad de unidad en una coalición que tiene divergencias. Esta fue la condición necesaria para ganar las elecciones de octubre del año pasado, un objetivo inexorable para rescatar a la Argentina del destino nefasto que había impuesto el gobierno de Macri. Otro período de políticas neoliberales hubiera producido una situación de muy difícil recuperación. Creo que esa coalición y la decisión de Cristina Fernández de encontrar los puentes para reunir a todo el peronismo y a otras fuerzas políticas afines, fue la clave para poder ganar esa elección. A partir de ahí, aparecen situaciones que son propias de una coalición y de cualquier frente. Entonces nos podemos encontrar con cierta indecisión en algunas áreas de gobierno o en algunos sectores que puedan estar más comprometidos que otros en llevar adelante el proyecto que, en definitiva, votó la mayoría de los argentinos.”
En uno de sus artículos publicado en el portal El Destape, Ruiz destaca algunos principios contenidos en las llamadas Veinte Verdades Peronistas: “No es una expresión nostálgica, sino simplemente una identidad política. El peronismo no se reduce a esas veinte verdades, pero sintetiza en esos enunciados su doctrina e ideología. Esto debe ser una guía para cualquier tipo de acción que pretenda dar continuidad al movimiento nacional y popular que representa el peronismo desde el año ’45. El fenómeno del primer peronismo es una suerte de bisagra histórica y hay necesidad de tenerlo siempre como referencia en la gobernabilidad y en la posibilidad de canalizar políticas independientes, soberanas y de inclusión social. Los gobiernos de Néstor y Cristina fueron una expresión clara del peronismo aún cuando, como siempre sucedió con ese movimiento, confluían en ellos otras expresiones políticas que tenían objetivos similares o coincidentes.”
El abogado hace mención a la carta que Cristina Fernández de Kirchner hizo pública el 27 de octubre. “La interpretación de esa carta es tomada de distintas maneras. Los sectores opositores quieren encontrar allí una fisura en la conducción de este período entre Alberto y Cristina. Ella deja en claro que el ejercicio de la presidencia es de Alberto Fernández y también cuáles son los sectores están enfrentados a cualquier salida soberana y de contenido popular. En el trayecto que viene desarrollando el gobierno desde hace menos de un año, en el período que ha sido afectado por la presencia del Covid, hay respuestas que no son todas simétricas y se señala la necesidad de reforzar y generar una mayor proactividad en distintas áreas de gobierno”, afirma.