Síntesis de la entrevista a Néstor Restivo Los BRICS son diferentes al Mercosur, la Unión Europea o la OTAN ya que no hay una institucionalización. Los líderes de sus países se reúnen una vez al año y van estableciendo una mayor institucionalidad. Por ejemplo, el Banco de Desarrollo para fomentar las inversiones de infraestructura para los países miembros. En la próxima reunión, en agosto, se incorporarían Argentina, Egipto, Zimbabwe y Arabia Saudita. Esto les daría acceso a las líneas de crédito del Banco de Desarrollo. La cuota de ingreso de la Argentina se va a pagar con bonos del sector público. Ingresar al BRICS es formar parte de una mirada geopolítica alternativa. Sus integrantes se sienten extremadamente subrepresentados en los organismos surgidos en la posguerra: la ONU, el FMI, la OMC. Esos países no rompen con esas instituciones pero generan las propias: la Organizacion de Cooperación de Shangai, el Banco Asiático de Inversiones, la Asociación Económica Integral Regional. Se está empezando a reformatear el mundo. La incorporación al Brics de Arabia Saudita, aliado histórico de EE.UU, habla del rol que está jugando China, que impulsó el acercamiento entre ese país e Irán, e inclusive se propone mediar entre Israel y Palestina. Argentina adhirió a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, con el viaje de Massa se eligieron las primeras obras financiadas por China para hacer en Argentina: ferrocarriles, un plan de saneamiento en Laferrere y otros lugares del Conurbano, tendido de red eléctrica en el AMBA, parques eólicos y solares. También la aceleración de las represas hidroeléctricas en Santa Cruz. Quedan proyectos en carpeta en los que no se ha avanzado por presión de EE.UU, como Atucha 3 o el 5G. Hay una propuesta china para agrandar el puerto de Ushuaia, que el gobernador Melella ya elevó a la legislatura, que contribuiría al acceso a la Antártida y a la soberanía en el Atlántico Sur, aunque de ninguna manera se trata de una base militar.