Síntesis de la entrevista al abogado laboralista Álvaro Ruiz.
– Es importante sostener la democracia frente al avance del poder más antidemocrático, el Judicial, sobre los otros dos poderes. Hay terminales judiciales que actúan en sintonía con Juntos por el Cambio y los poderes fácticos. Hay sectores que estimulan la violencia buscando una disrupción de la institucionalidad.
– Argentina tiene elementos singulares: un movimiento nacional muy fuerte; la capacidad de movilización y el movimiento obrero organizado, independientemente del juicio de valor que se tenga sobre uno u otro dirigente. La disputa por la distribución de la riqueza parte de la posición que tenga el Estado y la fortaleza de las organizaciones obreras. En la CGT hay debilidades o falta de densidad real en la puja con el poder.
– Hay un paralelo entre la actualidad y lo que fue la 125, en el 2008, cuando pudo haberse producido un quiebre institucional. Hay un común denominador, no sólo en la Argentina sino también en la región, en la acción de los medios hegemónicos, el poder económico concentrado y los poderes judiciales que dirimen las disputas políticas fuera de los espacios de la política.
– Se agranda la distancia entre el pueblo y las dirigencias políticas de todos los sectores. Una falta de representación de las demandas y una falta de instalar desde el sector nacional y popular el sentido de ciertos debates.
– Es un peligro la banalización de períodos de nuestra historia como la dictadura cívico militar que permite que fuerzas políticas con posibilidades electorales se manifiesten sobre ese tema con ligereza y habiliten la violencia institucional como la del período macrista. Los abogados laboralistas sabemos que hay una movida para criminalizar los conflictos, a los trabajadores y a los representantes sindicales llevándolos a la justicia federal cuando son temas de la justicia del trabajo.
– Es importante sostener la democracia frente al avance del poder más antidemocrático, el Judicial, sobre los otros dos poderes. Hay terminales judiciales que actúan en sintonía con Juntos por el Cambio y los poderes fácticos. Hay sectores que estimulan la violencia buscando una disrupción de la institucionalidad.
– Argentina tiene elementos singulares: un movimiento nacional muy fuerte; la capacidad de movilización y el movimiento obrero organizado, independientemente del juicio de valor que se tenga sobre uno u otro dirigente. La disputa por la distribución de la riqueza parte de la posición que tenga el Estado y la fortaleza de las organizaciones obreras. En la CGT hay debilidades o falta de densidad real en la puja con el poder.
– Hay un paralelo entre la actualidad y lo que fue la 125, en el 2008, cuando pudo haberse producido un quiebre institucional. Hay un común denominador, no sólo en la Argentina sino también en la región, en la acción de los medios hegemónicos, el poder económico concentrado y los poderes judiciales que dirimen las disputas políticas fuera de los espacios de la política.
– Se agranda la distancia entre el pueblo y las dirigencias políticas de todos los sectores. Una falta de representación de las demandas y una falta de instalar desde el sector nacional y popular el sentido de ciertos debates.
– Es un peligro la banalización de períodos de nuestra historia como la dictadura cívico militar que permite que fuerzas políticas con posibilidades electorales se manifiesten sobre ese tema con ligereza y habiliten la violencia institucional como la del período macrista. Los abogados laboralistas sabemos que hay una movida para criminalizar los conflictos, a los trabajadores y a los representantes sindicales llevándolos a la justicia federal cuando son temas de la justicia del trabajo.