Entrevistamos al ingeniero Enrique Martínez, ex presidente del INTI y Coordinador del IPP, una organización de la economía popular, para hablar de la inflación y los precios de los alimentos.
“En toda economía los precios de venta se componen por los costos y factores que tienen que ver con la distribución, la publicidad o el poder hegemónico que permite su fijación arbitraria.” Considera que en la Argentina, la concentración económica es la principal causa de los aumentos de precios de los alimentos.
Pone el ejemplo de los derivados de granos exportables. “Quienes lo venden son los mismos que los exportan e intentan trasladar al país precios del mercado internacional cuando en realidad los costos que tienen son del mercado interno. Hay un beneficio extraordinario y abusivo.”
Martínez considera que hay que modificar la forma en que se distribuye, se comercializa y se fijan los precios en el mercado interno. Analiza el caso de los granos, pero también el de la leche: considera ineficiente que haya una empresa que domina el 70% del mercado, que traslada la materia prima y el producto final miles de kilómetros, que tiene grandes gastos en publicidad cuando se podría producir localmente a un precio mucho menor. Señala que eso se podría aplicar a todos los alimentos, desde la carne hasta las frutas y hortalizas, con la excepción del aceite de girasol y el azúcar, que tienen ventajas económicas al producirse en plantas grandes.
“Hay que eliminar los intermediarios y las ineficiencias y financiar las producciones estacionales”, señala. Explica también que las grandes cadenas de supermercados, sus procedimientos y márgenes de ganancia son cómplices de ese sistema.
Por último detalla lo que debería hacer el Estado para incentivar a la economía popular.
“En toda economía los precios de venta se componen por los costos y factores que tienen que ver con la distribución, la publicidad o el poder hegemónico que permite su fijación arbitraria.” Considera que en la Argentina, la concentración económica es la principal causa de los aumentos de precios de los alimentos.
Pone el ejemplo de los derivados de granos exportables. “Quienes lo venden son los mismos que los exportan e intentan trasladar al país precios del mercado internacional cuando en realidad los costos que tienen son del mercado interno. Hay un beneficio extraordinario y abusivo.”
Martínez considera que hay que modificar la forma en que se distribuye, se comercializa y se fijan los precios en el mercado interno. Analiza el caso de los granos, pero también el de la leche: considera ineficiente que haya una empresa que domina el 70% del mercado, que traslada la materia prima y el producto final miles de kilómetros, que tiene grandes gastos en publicidad cuando se podría producir localmente a un precio mucho menor. Señala que eso se podría aplicar a todos los alimentos, desde la carne hasta las frutas y hortalizas, con la excepción del aceite de girasol y el azúcar, que tienen ventajas económicas al producirse en plantas grandes.
“Hay que eliminar los intermediarios y las ineficiencias y financiar las producciones estacionales”, señala. Explica también que las grandes cadenas de supermercados, sus procedimientos y márgenes de ganancia son cómplices de ese sistema.
Por último detalla lo que debería hacer el Estado para incentivar a la economía popular.