Conversamos con Eduardo Rinesi, Licenciado en Ciencia Política, Master en Ciencias Sociales y Doctor en Filosofía que analizó la situación política argentina: “Es muy preocupante, hay un dato auspicioso, la buena performace económica del gobierno en torno a los indicadores macro. Dicho eso, los sectores populares, los empobrecidos, los más perjudicados por la distribución desigual del ingreso, no están viendo los beneficios de ese suceso económico”, describe.
Rinesi dice que el Gobierno les pide a los sectores beneficiados que cedan algo de la superganancia pero la respuesta es el tractorazo, ya que no están dispuestos a ceder nada. Frente a eso el Gobierno no da la impresión de actuar con la energía, tiene una actitud extraordinariamente tolerante. Esa prudencia excesiva no está resultando el mejor modo de enfrentar actores que juegan muy pesado”, observa.
En cuanto al aspecto más político, hace votos para que salgan bien las iniciativas por la unidad. Y señala que hay gestos como renuncias o cartas pero considera que se necesitan otras formas de construcción política asociadas a generar espacios para una participación deliberativa y activa en los asuntos públicos. “Preferiría menos gestos y más convocatorias a que muchos miles sean convocados a discutir los problemas”, enfatiza.
“Me parece que es interesante que nos imaginemos formas más amplias de participación en los debates, más mesas, más espacios para intervenir, para opinar. ¿No habría estado bueno que se convocara a un plebiscito para discutir si aceptábamos pagar la deuda o si nos parecía ilegítima?”, se pregunta, e imagina la discusión pública que se hubiera generado.
“Falta poder político para sostener definiciones interesantes y eso sólo se conquista con la ciudadanía movilizada. La ciudadanía sostiene las políticas cuando es convocada a discutirlas, no cuando se le informa después de que las decisiones han sido tomadas. Hay experiencias de discusión como la Ley de Educación y la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual cuya legitimidad estuvo asociada a los modos muy democráticos en que se discutieron”, concluye.
Rinesi dice que el Gobierno les pide a los sectores beneficiados que cedan algo de la superganancia pero la respuesta es el tractorazo, ya que no están dispuestos a ceder nada. Frente a eso el Gobierno no da la impresión de actuar con la energía, tiene una actitud extraordinariamente tolerante. Esa prudencia excesiva no está resultando el mejor modo de enfrentar actores que juegan muy pesado”, observa.
En cuanto al aspecto más político, hace votos para que salgan bien las iniciativas por la unidad. Y señala que hay gestos como renuncias o cartas pero considera que se necesitan otras formas de construcción política asociadas a generar espacios para una participación deliberativa y activa en los asuntos públicos. “Preferiría menos gestos y más convocatorias a que muchos miles sean convocados a discutir los problemas”, enfatiza.
“Me parece que es interesante que nos imaginemos formas más amplias de participación en los debates, más mesas, más espacios para intervenir, para opinar. ¿No habría estado bueno que se convocara a un plebiscito para discutir si aceptábamos pagar la deuda o si nos parecía ilegítima?”, se pregunta, e imagina la discusión pública que se hubiera generado.
“Falta poder político para sostener definiciones interesantes y eso sólo se conquista con la ciudadanía movilizada. La ciudadanía sostiene las políticas cuando es convocada a discutirlas, no cuando se le informa después de que las decisiones han sido tomadas. Hay experiencias de discusión como la Ley de Educación y la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual cuya legitimidad estuvo asociada a los modos muy democráticos en que se discutieron”, concluye.