El 29 de julio de 1966, la dictadura de la llamada Revolución Argentina destruyó por decreto la autonomía universitaria y metió a la policía por la fuerza en las facultades de la UBA. Renunciaron más de 1.300 docentes y centenares de científicos se fueron del país. Sobre esto hablamos con Ernesto Salas, Director del Centro de estudios Políticos Arturo Jaurteche de la UNAJ.
“Onganía decide que una serie de valores y conocimiento producido por las universidades, es contradictorio con el sentido de lo nacional que ellos planteaban, que la universidad es un foco de marxismo y subversión. Esa noche de la represión fueron expulsados los estudiantes y profesores particularmente de la Facultad de Ciencias Exactas y a la salida una larga fila de policías le daban bastonazos”.
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